PROYECTO COMUN DEL CONGRESO SOCIAL
La nación mexicana se encuentra en un momento crucial de su historia, acosada por las presiones del exterior, agobiada por el enorme peso de sus deudas, injusticias y rezagos y urgida de un gran esfuerzo de reconstrucción democrática.
Durante los últimos 22 años el país ha sufrido las consecuencias de graves desviaciones del proceso revolucionario que conllevan el abandono del proyecto constitucional por parte de la clase gobernante y la creciente dependencia del extranjero en asuntos fundamentales de la vida nacional. El pueblo ha sido empobrecido de manera brutal y muchas de las garantías individuales y sociales han sido conculcadas en aras de la supeditación al imperialismo y de acuerdos pactados con los centros financieros internacionales.
El derecho de huelga ha sido sistemáticamente violado, así como las disposiciones constitucionales en materia de retribución al trabajo y derecho a la salud, al empleo y a la vivienda. .
Las libertades humanas han sido objeto de mengua considerable y los derechos políticos limitados por un creciente autoritarismo y la institucionalización del fraude electoral, que desalienta la participación ciudadana y fomenta el abstencionismo. La facultad suprema de autodeterminación del pueblo mexicano, en lo interno y en lo externo, está siendo negada o puesta en entredicho.
La política económica y social del gobierno neoliberal va en sentido inverso de nuestras luchas históricas y conquistas revolucionarias. Se ha desmantelado implacablemente la empresa pública disminuyendo la base material de nuestra soberanía y cediendo decisiones fundamentales al interés extranjero. Se ha descargado sobre las clases trabajadoras todo el peso de la crisis, se ha fomentado la desnacionalización del aparato productivo y se ha reducido, junto con el mercado interno, el consumo de los mexicanos así como sus expectativas de una existencia decorosa.
La inflación ha crecido desorbitadamente desmintiendo todos los días el discurso gubernamental y los constantes incrementos en los precios de las mercancías conducen a la desesperación de los sectores mayoritarios. Una economía especulativa desalienta la inversión, concentra desproporcionadamente el ingreso y genera un agudo déficit del sector público que vanamente se intenta compensar con reducciones presupuestales que implican desistimientos en las funciones básicas del Estado.
La acción gubernamental ha sido, en su conjunto, regresiva y antipatriótica. Ha interrumpido el proceso de integración nacional, precipitando nuestra incorporación al mercado norteamericano y lesionado severamente la industria mexicana, particularmente la mediana y la pequeña. El abaratamiento de la mano de obra y la apertura indiscriminada de la economía configuran un modelo neocolonial, que puede volverse irreversible, fundado en la entrega de nuestros recursos estratégicos y disponibilidades productivas a los intereses hegemónicos.
Se nos está convirtiendo en un país tributario. Mediante la explotación inicua del trabajo humano y el deterioro de las condiciones de vida de la población se acumulan recursos para transferirlos al extranjero. La dependencia alimentaria se agudiza y la supeditación científica y tecnológica ahoga la creatividad de los mexicanos, mientras sus capacidades se degradan en las economías subterráneas y se acrecenta la migración en búsqueda de la supervivencia.
Presenciamos un proceso de degradación biológica del hombre y la naturaleza. Los hacinamientos urbanos, el abandono del campo, la depredación de los recursos naturales y la contaminación del aire, las aguas y los suelos son estimuladas por el profundo deterioro de los niveles de vida y la escasa participación del pueblo en la toma de decisiones.
El empecinamiento de servir una deuda impagable a costa del crecimiento económico y del bienestar popular ha hecho que los trabajadores mexicanos pierdan más de la mitad de su poder de compra en ocho años mientras un pequeño sector multiplica sus activos financieros ahondándose las desigualdades sociales en términos inadmisibles.
Se nos ha encadenado a una sucesión ilimitada de refinanciamientos para pagar los intereses de las deudas contraídas. Por ese camino el país de ha convertido en exportador neto de capital y ha venido aceptando condiciones cada vez más gravosas impuestas desde el exterior que hacen extremadamente vulnerable nuestra economía y comprometen nuestra independencia política.
Se pretende ahora consolidar y prolongar hacia el futuro la estrategia antipopular y el proceso de desnacionalización emprendidos por la presente administración. El Ejecutivo, es el autor principal de la desastrosa política económica que ha lesionado en lo profundo a los grupos mayoritarios y socavado los fundamentos de la soberanía nacional.
Ante la magnitud de este desafío y la gravedad de la hora, los integrantes, miembros del Sindicato Mexicano de Electricistas, hemos decidido proponer una alternativa real de cambio, al pueblo de México, que le restituya el pleno ejercicio de su soberanía y le permita rescatar el patrimonio de la nación.
Las fuerzas democráticas de México han sabido en su camino histórico unirse frente a la adversidad por encima de intereses menores y encabezar las luchas del pueblo por su libertad. Existen hoy las condiciones y la necesidad inaplazable para un esfuerzo solidario de los mexicanos por la democratización y la reconstrucción del país, la recuperación de su proyecto de desarrollo independiente y la reconquista de la autonomía y de la identidad nacionales.
Tenemos el deber ineludible de integrar un frente común que movilice a millones de ciudadanos en el rescate de su propia dignidad e impida la perpetuación de camarillas contrarrevolucionarias en el ejercicio del poder público. Un frente que agrupe a los trabajadores del campo y de la ciudad, a las clases medias, a los jóvenes, a las mujeres y a todos los mexicanos de convicciones patrióticas y los lleve a formar un gobierno nacionalista y popular donde se asuman la responsabilidad que les corresponde en la dirección política y económica del Estado y en la construcción de una sociedad libre, justa y productiva.
Un frente único que se convierta en valladar contra el avance de los sectores reaccionarios y las acechanzas del exterior y sea capaz de cambiar la correlación de fuerzas políticas y sociales para la conquista pacifica del gobierno nacional. Sólo así lograremos detener la política neoliberal entreguista y antipopular que ha desarticulado las alianzas en que se fundaba la estabilidad y el progreso del país. Sólo así responderemos con hechos irrefutables a los principios que sustentamos y a los reclamos de la conciencia pública.
Los que suscribimos este proyecto, proponemos lo siguiente:
l. Formación de un gobierno democrático nacional.Los partidos y organizaciones políticas se comprometerán al establecimiento de un gobierno nacionalista y democrático con el apoyo del pueblo. En su seno participarán representantes de los trabajadores, los campesinos y las clases medias progresistas, intelectuales, profesionistas y funcionarios de convicciones patrióticas y probada honestidad, dispuestos a entregar su mejor esfuerzo por la salvación de México
Un gobierno así constituido garantizará la genuina democratización del país y creará las condiciones para el desarrollo material y el ascenso de los grupos mayoritarios, impulsará un programa concertado de recuperación económica, rescatará la soberanía de las decisiones nacionales y recuperará el proyecto de vida independiente por el que hemos combatido históricamente los mexicanos.
II. Detener el empobrecimiento y satisfacer las necesidades del pueblo.La más urgente tarea del nuevo gobierno será frenar el empobrecimiento de los grupos mayoritarios, mediante una política económica de emergencia que ponga un alto a la inflación, promueva el empleo y recupere el poder adquisitivo de los salarios y de los ingresos de los sectores populares; reactivando a un tiempo la producción.
Establecerá un nuevo orden de prioridades en la asignación de los recursos para privilegiar la inversión social y atender las necesidades fundamentales de la población en materia de salud, nutrición, educación, cultura y vivienda, combatiendo la marginación y la miseria y promoviendo sistemáticamente la elevación de las condiciones de vida de los mexicanos.
III. Impulsar el desarrollo independiente del paísLa recuperación del desarrollo nacional hoy abandonado por la entrega de los recursos del país a los centros financieros internacionales y por el privilegio de la especulación que ahoga la actividad económica será el empeño central del gobierno democrático que habremos de conformar.
Es menester modificar sustancialmente nuestras relaciones económicas con el exterior, suspendiendo y ajustando el pago de la deuda y restableciendo nuestra decisión soberana sobre los procesos económicos para emprender la reconstrucción del país con criterios nacionalistas y populares, mediante el rescate y ampliación de la empresa pública y la concertación de los agentes productivos y los sectores sociales.
IV. Fortalecer la soberanía y la identidad nacionales.A efecto de revertir toda política entreguista y restablecer el cabal ejercicio de la soberanía, es necesario que el gobierno democrático popular emprenda una firme estrategia orientada a la defensa de la integridad del país en todos los órdenes y al robustecimiento de los valores y de las potencialidades nacionales.
Es indispensable proseguir consistentemente la tarea histórica de nuestra descolonización y recuperar el papel de México como vanguardia internacional en defensa de la autodeterminación, la paz, el desarme, la no intervención y la cooperación entre los Estados independientemente de su sistema político y económico.
COMPAÑERAS Y COMPAÑEROS.Con la dignidad de acción política llegaremos juntos al poder. Derrotaremos a los causantes de la peor catástrofe económica que el país ha conocido y restableceremos una auténtica estabilidad social fundada en la justicia, la libertad y el desarrollo compartido.
Es hora de rescatar a la Nación y salvaguardar su independencia por la defensa de nuestras riquezas y la revaloración de nuestro trabajo. Es tiempo de impulsar las fuerzas productivas y promover al mismo tiempo una equitativa distribución de los frutos del progreso.
Ha llegado el momento de hacer valer la voluntad ciudadana y construir mediante la participación de todos un gobierno democrático, nacionalista y popular.
Este proyecto consigna el sentir de quienes lo elaboramos y estamos seguros que habremos de enriquecerlo con el concurso de todos los aquí presentes.
F R A T E R N A L M E N T E
MÈXICO D.F. A 19 DE NOVIEMBRE DEL 2010
“POR EL DERECHO Y LA JUSTICIA DEL TRABAJADOR”
GRUPO DE JUBILADOS
SINDICATO MEXICANO DE ELECTRICISTAS
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