PONENCIA 23, ES POSIBLE UN PROYECTO DE NACIÓN UNICO

ES POSIBLE UN PROYECTO DE NACIÓN UNICO.

Quienes asistimos a este Congreso Social estamos plenamente convencidos de la necesidad de terminar con treinta años de neoliberalismo, de revertir la reformas estructurales, de restituir los derechos sociales conculcados, de restablecer la soberanía e independencia nacionales; de desplazar el bloque neoliberal del poder, conformado por los grandes capitalistas mexicanos y sus lacayos del PRI y del PAN.

Es el momento de rescatar la nación en beneficio de todos los mexicanos. La participación decidida en el proceso electoral del 2012 nos brinda hoy esa posibilidad. Todos los que estamos dispuestos a acabar con el neoliberalismo, debemos unirnos en torno a un solo proyecto de transformación social, a un mismo proyecto de nación.

En México existen tres proyectos de nación:

El  neoliberal que han venido imponiendo el PRI y el PAN.

El Proyecto Alternativo de Nación presentado por Obrador el 25 de julio de 2010 y asumido por el Movimiento en Defensa del Petróleo.

Y el Proyecto de Nación Alternativo al Neoliberalismo, expresado en un Programa Mínimo, el cual fue aprobado en el Segundo Dialogo Nacional realizado en la ciudad de Querétaro el 5 de febrero de 2005, por  cerca de 250 organizaciones de todos los estados de la república.

El análisis y comparación  del Proyecto presentado por Obrador y el Programa Mínimo del Dialogo Nacional nos llevan a concluir que tienen muchos puntos de coincidencia, que son perfectamente compatibles y complementarios. Que es posible elaborar un Proyecto de Nación Único que englobe las aspiraciones y demandas de todos los mexicanos.

Al programa de Obrador habría que agregar los siguientes puntos establecidos en el Programa Mínimo del Diálogo Nacional:

• Eliminación del modelo neoliberal.
• Revertir el proceso de privatización del petróleo, electricidad, el agua, los bosques y las tierras.
• Derogación de todos los tratados comerciales y militares que lesionen los intereses de la Nación.
• Impulsar la democratización de la ONU.
• Un nuevo Orden Mundial basado en la Justicia, la Paz, la Democracia y el desarrollo sustentable.
• La integración y unidad con todos los pueblos de América Latina y el Caribe.
• Oposición total a las guerras preventivas y al intervencionismo.
• Distribución equitativa de la riqueza social.
• Defensa y fortalecimiento de sector público y social de la economía.
• Recuperar para la Nación la propiedad de las empresas estratégicas vía expropiación o nacionalización, incluyendo los Latifundios.
• Impulso al reparto agrario, al ejido y a las cooperativas rurales.
• Desarrollo del Mercado Interno.
• Revisión y cancelación de la deuda del gobierno con la banca nacional y extranjera.
• Congreso o Asamblea Constituyente y una Nueva Constitución.
• Redefinición del sistema de representación, control social de los representantes populares.
• Participación directa de la sociedad en asuntos públicos.
• Cumplimiento de los acuerdos de San Andrés.
• 8% del PIB a educación y 1% a Ciencia y Tecnología.
• Aumento a la matricula e infraestructura Educativa.
• Fin a las Políticas de Evaluación (ENLACE, CENEVAL).
• Revertir las reformas del ISSSTE e IMSS.
• Programa Nacional de recuperación salarial y creación de empleos.
• Libertad a todos los presos políticos.
• Desmilitarización del país.
• Equidad de derechos para las mujeres.

Agregando dos propuestas más:

• Una reforma fiscal progresiva donde pague más el que más ingresos tenga.
• El fortalecimiento de una banca y un  sistema financiero estatal, particularmente de NAFINZA y BANCOMEXT.

El Proyecto de Nación  Único debe ser el fundamento de nuestra participación en las elecciones de 2012.

La experiencia de la lucha social desplegada en los últimos 20 años nos ha demostrado que ni la Resistencia a las reformas estructurales por si sola, ni la sola participación en los procesos electorales han sido capaces de desplazar al neoliberalismo, detener las reformas ni derrotar al PRI y al PAN. Por eso hoy es imprescindible que todas las organizaciones sociales que asistimos a este Congreso Social nos unifiquemos con el Movimiento en Defensa del Petróleo encabezado por Obrador, como la única posibilidad que tenemos, sin abandonar la resistencia, de derrotar al neoliberalismo y desplazar al bloque neoliberal del poder.

En esta batalla debemos proponernos no solo ganar la Presidencia de la República sino también la absoluta mayoría de los puestos de representación popular a nivel municipal y estatal y, sobre todo, en el Congreso de la Unión. Eligiendo, en cada caso, a los mejores representantes de nuestro pueblo y de sus organizaciones sociales, dispuestos a defender de manera clara, honesta e intransigente los intereses y derechos de todos los mexicanos afectados por la política neoliberal. Esta es una tarea imprescindible en la ruta para convocar a un Nuevo Congreso Constituyente que construya un nuevo Pacto Social, una nueva Constitución.

Los objetivos que nos proponemos no son, evidentemente, sencillos ni fáciles.

Los enemigos que enfrentamos son poderosos. No solo cuentan con cuantiosos recursos económicos, públicos y privados, para la compra de votos, con estructuras corporativas de control e inducción de voluntades, con el manejo clientelar de los programas de asistencia social, con el apoyo irrestricto de los grandes medios de comunicación masiva y  con la bendición de las iglesias, sino también con el respaldo directo e indirecto del Gobierno de Estados Unidos, quien esta dispuesto a hacer lo que sea por impedir que un “ populista radical “ como Obrador llegue a gobernar su patrio trasero, como consideran a nuestro país.

La integración económica del gran capital trasnacional mexicano en el Bloque Imperialista Norteamericano mediante el Tratado de Libre Comercio, ha traído aparejado una subordinación política y militar. La firma del Acuerdo para la Seguridad y prosperidad de América del Norte y  la Iniciativa México ubican a nuestro país dentro dela esfera de seguridad nacional de Estados Unidos y Canadá. Arrogándose, por lo tanto,  el derecho de intervenir para garantizar el orden y la estabilidad acorde con sus intereses estratégicos de dominación continental y mundial.

Pendiendo, además, la amenaza de un nuevo fraude electoral como en 1988 y 2006.

Debemos, por lo tanto, concebir nuestra participación electoral en 2012 como una gran movilización social, como una verdadera sublevación de todo nuestro pueblo, como una auténtica rebelión de los jodidos, como un gran grito de  ¡Ya Basta! de todos  los explotados y oprimidos de México.

Por tal razón debemos desde ahora desplegar una extensa y profunda campaña de agitación y propaganda para sacudir y despertar la conciencia de nuestro pueblo, para convencerlo de la necesidad cambiar la situación miseria en que vivimos, para que  hagan suyo nuestro proyecto de nación.  Debemos ocupar todo el territorio nacional  con nuestras fuerzas y nuestras consignas, poner  gente de confianza  en cada  una de las casillas electorales que se instalen y obtener una votación aplastante que deje fuera de toda duda nuestro triunfo. Pero, demás, debemos llamar a una amplia movilización social en todas las plazas de la república el día de la votación para defender, al precio que sea, nuestro triunfo.

Todo lo anterior se quedará solamente en buenos deseos sino, al mismo tiempo, vamos construyendo un poder social paralelo y contrapuesto a los poderes existentes; sino vamos construyendo los embriones de un nuevo poder en cada comunidad y ejido, en cada barrio y colonia, en cada escuela y universidad, en cada fábrica y centro de trabajo, en cada municipio y delegación, en todos los estados  de la república y entre nuestros hermanos que viven en el extranjero.

Hoy la consigna que debe unificarnos a todos debe ser:

¡Abajo los gobiernos neoliberales, arriba el Poder Popular!

Fraternalmente.

¡Por la revolución proletaria, construyendo el Poder Popular¡

Organización Nacional del Poder Popular.

Noviembre de 2010